¡Hola a todos!

Me llamo Merry, soy de Valladolid y tengo 24 años.
Desde hace 8 horas, soy residente en Manila.
El porqué de este blog es simple: la gente normal se toma su tiempo cuando decide mudarse a la otra punta del mundo. Esto me situa fuera del marco de la normalidad, así que tenía que encontrar la forma de tranquilizar a mi familia y amigos. Hace dos semanas nadie me imaginaba en un hotel de Mandaluyong City, huyendo del tráfico y el calor... y aquí estoy!

My name is Merry, I'm from Valladolid and I´m 24 years old.
For 8 hours now, I'm a resident in Manila.
The reason for starting this blog is simple: normal people take its time when they decide to move to the other side of the world. This puts me out of the framework of normality, so I had to fin the way to reassure my family and friends. Two weeks ago nobody could imagine me in a hotel in Madaluyon City, avoiding the traffic and the heat...but here I am!

M

Manila, 3 de Junio de 2010 [20ho3]
Manila, 3rd June 2010 [20h03]

viernes, 5 de noviembre de 2010

Comida Pinoy - Pinoy Foodstuff


[Esta entrada se la dedico a Japs, por darme la oportunidad de conocer de verdad la gastronomia filipina, por cambiar mi idea al respecto y por la ilusión que le hace que admita públicamente que: ESTABA EQUiVOCADA, la comida filipina es de todo menos insipida.]

La comida filipina es, como todo en este país, una mezcla extraña de sabores dulces, agrios y salados. No es especialmente picante, si la comparamos con el resto de paises asiáticos, aunque se suele cocinar con chile picante. Lo normal es que un mismo plato sea una mezcla de dulce y salado, de manera que uno nunca sabe definir bien qué sabor tiene dicho plato.
La base de la cocina pinoy es el arroz, que se come en todas las formas posibles y a cualquier hora del día. Al igual que los esquimales tienen mil palabras para decir "blanco", los filipinos tienen mil palabras para decir "arroz": PALAY es arroz sin moler, BiGAS es arroz molido, KANiN es arroz cocido, LUGAW son gachas de arroz, TUTONG es arroz quemado (Alberto: el socarrat! LOL), SiNANGAG es arroz frito, etc.  El arroz se utiliza para hacer todo tipo de postres y aperitivos como el PUTO. Esto es una especie de pastel de arroz al vapor con sabor dulce. Hay muchas variaciones (puto mamon, puto seko, puto maya...): el puto a secas podría sustituir al pan en las comidas. El peor de todos es el PUTO BUNGBONG, hecho con arroz púrpura y servido con margarina y coco rallado mezclado con azúcar: di un mordisquín de nada y necesité dos litros y medio de agua para pasarlo. Otro postre típico hecho con arroz es el SUMAN, un rollo pegajoso de arroz cocinado con leche y azúcar de coco, envuelto en hojas de plátano. Algo parecido al suman es el BiKO, que además incluye latik caramelizado.

      Muchos de los platos típicos del país tienen influencia española, como el arroz-caldo, el tocino, el adobo o la lengua estofada. Sin embargo, el sabor suele ser más dulce y la textura más empalagosa. Mayor influencia española se encuentra en el modo de cocinar: saltear con ajo (guisado), usar vinagre para conservar alimentos, etc. Tienen platos como el DiNUGUAN (uno de mis favoritos) que recuerda en cierto modo a la morcilla: es sangre de cerdo, vísceras y carne cocinada con vinagre. A veces se toma líquido, mojando en pan o puto, pero cuando está crujiente, si se mezcla con arroz, es una especie de morcilla dulce. Otros platos que me gustan mucho son el GiSiNG-GiSiNG y el KiLAWiN. El primero significa literalmente "despierta", porque supuestamente es un plato picante. Lleva todo tipo de verduras y leche de coco, y aunque lleva chiles, yo no lo considero un plato picante (después de probar la comida tailandesa, pocas cosas me parecen picantes). El kilawin es una especie de ensalada de carne o pescado crudo marinado, con vinagre, pimienta, cebolla y ajo. A veces se usa calamansí en vez de vinagre.
Con los pescados tengo más problemas: aún no he probado un pescado en condiciones, a pesar de vivir en una isla... Generalmente se cocina el pescado muy seco, al menos para mi gusto. Sin embargo, para mi suerte, aquí se come mucho marisco, y de buena calidad: de hecho no he comido tantas ostras en mi vida! Al parecer, algo muy habitual es ir a comprar el marisco al "fresh market", situado en la zona de restaurantes, para que te lo preparen en el momento en el sitio donde vayas a cenar. Las salsas son otra cosa que, por norma general, prefiero no aventurarme a probar. En este país los tomates dejan mucho que desear, por lo que la salsa de tomate no es para nada como debería ser. De hecho, la sustituta de esta salsa es el BANANA KETCHUP: una cochinada hecha a base de banana aplastada, azúcar, vinagre y especias.

En Filipinas se come oficialmente cuatro veces al dia: desayuno, comida, merienda y cena. Extra oficialmente se come cincuenta veces al dia: desayuno, he-desayunado-poco, almuerzo, aperitivo, comida, me-he-quedado-con-hambre, piscolavis-pre-merienda, merienda, piscolavis-post-merienda, cena, segunda-cena-porque-cenamos-demasiado-pronto, y tentempie-para-dormir-mejor. Por supuesto cada una de estas comidas puede repetirse varias veces, dependiendo de las ganas de trabajar que se tenga (por favor, que nadie se ofenda, yo sólo escribo lo que veo en mi edificio).
De todas esas comidas, el 99% llevan una porción considerable de arroz blanco, independientemente de la hora que sea. Si, aquí no se distingue nada cuando de comer se trata; da lo mismo ración de desayuno que de cena, o comida de desayuno que de cena, y tampoco se distingue entre primer plato y segundo. Todo se come de una, en el mismo plato, independientemente de la hora que sea.
Comer con las manos es algo muy normal, aunque generalmente se utilizan cubiertos (entendiendo como tales el tenedor y la cuchara). No me preguntéis cómo consiguen partir la carne y el pescado con la cuchara porque no lo sé;  yo ya he comido con las manos, he probado el Balut y hasta he comido culo de pollo...no me pidáis que renuncie al cuchillo.
Generalmente en el desayuno se suele comer un platazo de arroz acompañado de tocino, longanisa (salchicha) o tapa (carne de buey). Suelen beber te helado, o directamente un refresco con gas; nada de zumos o leche: cualquier cafetería te da un sobre de leche en polvo si osas pedir un "café latte"...y me reía yo de lo tabas que eran los gabachos con el "café au lait". En casa compro unas cajas de Nescafe que tienen varios sobres individuales, cada uno correspondiente a una taza de café. La mezcla es un polvo que, mezclado con agua, te da café con leche y azúcar. Me lo bebo sin pensar. Es mejor así.
Para la merienda hay muchas más opciones. La versión "light" de la merienda son dulces hechos a base de arroz, como el Suman, o aperitivos típicos, como las cortezas, cacahuetes, lumpia (rollitos de primavera), chicharon o galletitas saladas de pescado. Generalmente todo lo que se vende en los puestos de la calle es perfecto para la merienda (aunque se vende comida a cualquier hora del día, no sólo durante la merienda). Este tipo de snacks son, por ejemplo, las bolas de pescado (aquello que huele tan horriblmente mal que tengo que pasar aguantando la respiración), porciones de fruta, o el TURON; una especie de rollito de primavera hecho a base de platano y yaca, espolvoreado con azúcar (uno de mis favoritos). En tema de "aperitivos" hay una gran influencia americana en cuanto a los snack-chocolatina y las patatas fritas. Las chocolatinas son más o menos iguales, aunque aquí les da mucho por mezclar el chocolate con malvavisco. En cuanto a las patatas fritas...vas al supermercado más grande de toda la ciudad y encuentras patatas con sabor a queso, barbacoa, chile, pizza, cebolla, gamba, pescado, y cualquier cosa que se te ocurra, excepto patatas normales (clásicas) con sal.
Otros snacks que se comen durante el día, o mejor dicho, a cualquier hora el día, son el famoso BALUT y el TAHO. El Balut ya sabéis todos lo que es, es huevo pre-incubado de ave, normalmente pato, que se cuece cuando el embrión ha alcanzado un determinado tamaño. Hay una versión "light" del Balut, llamada PENOY, que te da la tranquilidad de no llevarte sorpresas al romper la cáscara, ya que es básicamente un huevo cocido sin más. El Taho es una especie de natilla caliente hecha a base de tofu, sirope de caramelo y tapioca. Lo vende un señor que va cargando con dos cubos por la calle y gritando "Tahooooo!, Tahooooo!", anunciando su llegada. A decir verdad, lo había visto varias veces cerca de mi oficina, pero de no ser por Aris probablemente jamás lo hubiese probado.
      El postre filipino por excelencia es el HALO-HALO. Esto no es un postre, ni es un plato (ni un avión, ni un pájaro). No se describir lo que es. Cuando vi el Halo Halo por primera vez pensé "esto es obra de mi querida amiga Laura y su obsesión por hacer cochinadas mezclando comida". Cuando lo probé incluso me dieron ganas de levantarme a buscar a Laura, porque tenía que ser ella quien hiciese semejante mezcla...o simplemente el Halo-Halo es una broma de postre. Ha resultado ser lo segundo. No es por meterme con el postre en sí,  pero que alguien me corrija si la siguiente mezcla no parece una broma: hielo picado, leche y azucar, coco, boniato molido, caramelo, plátano, yaca, tapioca, tacos de gelatina y (agárrate que viene lo mejor) alubias!...y bien?

    Como veis, me he empeñado de verdad en investigar la gastronomía filipina en condiciones. Reconozco que estaba equivocada en cierto modo, porque no es "insipida" la palabra que define a esta gastronomia... He probado de todo, incluso he ido en contra de mis propias recomendaciones y he comprado comida en la calle (y sigo siendo consciente de lo antihigiénico que es). Si bien hay platos muy recomendables, sigo pensando que no podría acostumbrarme a esta comida de por vida. Yo no cambio nada por esas croquetas y ese jamoncito rico que me voy a zampar en cuanto llegue a casa!

lunes, 4 de octubre de 2010

Bohol

El finde pasado me fui de “descanso” a Bohol. Era uno de los primeros viajes que había organizado, aunque no sé porqué para tan tarde.
Según mi guía de Filipinas, Bohol parecía ser el sitio más interesante entre Luzón y Visayas (ya tenia decidido que no iba a ir a Mindanao).
Desde que reservé los billetes hasta que llegó la esperada fecha, ya había entrado en contacto con la comunidad Couchsurfing de Filipinas, así que me salió un compañero de viaje, Joseph.
Llegué a Tagbilaran unas horas antes que Joseph, así que me di una vuelta por la ciudad, sin ver nada diferente a otros lugares: puestos de frutas, pequeñas tiendas de telefonía móvil, algún Mall que otro, y muchos Jollibee (el McDonalds pinoy).
Joseph vino con nuestro guía, Alex, a buscarme al Mall y empezamos nuestro tour. El sábado haríamos actividades en tierra, y el domingo en el mar, así que yo estaba contenta de librarme un día mas de la parte marítima.
Alex fue un guía estupendo, que a veces intentaba explicarme las cosas en español, ya que sus abuelos sólo hablaban español y le traía buenos recuerdos. Primero nos dirigimos al "Sandugo", un monumento en memoria al pacto de sangre entre Miguel López de Legazpi y Datu Sikatuna, en el siglo 16. Según la costumbre Filipina, se hacia un corte en la muñeca y se dejaba caer la sangre en una copa llena de algún liquido; esas copas se intercambiaban y bebían, sellando así la amistad entre ambas personas. 
Después nos dirigimos a la iglesia Baclayon. Desde mi punto de vista, la iglesia estaba fatal conservada, pero supongo que no pueden hacer mucho mas. Una vez mas, me sorprendió encontrar a todas las figuras religiosas con pelucas larguísimas de oscuro pelo rizado. La iglesia, convertida hoy en museo, guarda un montón de objetos eclesiásticos del siglo 16, y un montón de recuerdos del Padre Pío (en uno de sus laterales exteriores, mostraba una mancha provocada por la propia erosión del edificio, que supuestamente es el propio rostro de Pío).
Tras visitar la iglesia,  Alex nos llevó a Santa Fe, a un lugar un poco extraño. Era una especie de casa con jardín, que tenia una absurda variedad animal; en la misma cerca se podía ver a un mono, un par de águilas y una pitón de más de 7 metros, llamada Prony (concretamente es la pitón en cautividad más grande del mundo). Como dice mi hermana que debería tener un álbum de fotos llamado "Merry tocando animales", decidí entrar en el cercado para acariciar a la serpiente. Una vez dentro, y con la mano sobre el animal, empecé a pensar en las películas malísimas sobre serpientes (si, tipo "Anaconda")...y veía mi mano sobre una aparentemente dormida pitón gigantesca, que de pronto despertaría y en cuestión de segundos devoraría mi brazo entero antes de que alguien pudiera sacarme de allí.  Afortunadamente las pelis malas no se parecen a la realidad, y ahora colecciono la experiencia en el saco de "¿en qué momento me pareció apropiado hacer esto?". De cualquier forma, lo más fascinante del lugar era, sin duda, la "señorita" que hacia de guía: un filipino travestido, pintado como una puerta, con una peluca estilo Marilyn y un vestido de gasa azul añil. Nos ofreció un espectáculo que no tenia desperdicio alguno: un playback con coreografía inspirada en la fusión de "pole dancing" y el movimiento natural de un mono jugando en las ramas.
Después de semejante show, nos fuimos a un lugar mucho más tranquilo, a ver a los monos tarseros. El Tarsero es conocido como "el primate más pequeño del mundo", pero creo que la descripción más gráfica seria "esa especie de rata-oso de ojos enormes". Dicho así, parece que el animal en cuestión es bastante feo; no nos vamos a engañar, lo es. No es porque lo diga yo, podéis visitar en internet cualquier página sobre los animales más feos del mundo, y en todas ellas encontraréis al tarsero. Pero es de esos animales que de feos que son, resultan entrañables (como el perezoso, el armadillo o el bulldog francés). Antes de ir, estaba como loca por coger a uno. Cuando mi amigo Japs me aseguró que no podría tocarles, me quedé un poco decepcionada. Resulta que el tarsero es un animal increíblemente delicado: antiguamente se les tenia por mascotas, hasta que se descubrió que, bajo situaciones de estrés, son capaces de suicidarse golpeándose la cabeza contra cualquier objeto. Por muy ridículo que suene, esto es cierto. ¡Qué cruel es a veces mamá naturaleza!.
A mediodía nos dirigimos al río Loboc, y comimos haciendo un pequeño crucero, con música ambiental y alguna parada en la que los locales nos ofrecían sus bailes y canciones. Esta es una de las cosas que más disfruto de Filipinas. Este país no sólo tiene playas de ensueño, también tiene paisajes que encierran todas las tonalidades de verde que uno se pueda imaginar, flores y mariposas tan grandes que parecen irreales, y lugares dónde la gente celebra tu llegada con sonrisas, guitarras y bailes.
Después de comer, de camino a las Chocolate Hills, paramos a dar de comer a los monos. Sinceramente, no me hacia demasiada ilusión, porque desde que viajé a la india, considero que los monos están siempre al acecho a ver qué objeto pueden robarte. Esta vez no me robaron nada, pero al parecer, un plátano no era suficiente y una mona se abalanzó sobre mi para coger todos los demás. El resultado? un arañazo en la pierna y 20 minutos rezando, con la esperanza de no coger ninguna enfermedad rara.
Por fin llegamos a las Chocolate Hills. Unas 1285 colinas cónicas, prácticamente del mismo tamaño, repartidas en un terreno de 50 kilómetros cuadrados. Según cuenta la leyenda, dos gigantes se estaban peleando, lanzándose rocas, piedras y arena. La pelea duró días, hasta agotar por completo a los dos gigantes. Ambos olvidaron porqué luchaban, así que se hicieron amigos y partieron a otro lugar, sin limpiar todo el desorden causado con su pelea, creando así las Chocolate Hills.

Joseph y yo volvimos al hotel al anochecer, para descansar de tanta caminata. Durante la cena, el hotel ofreció un espectáculo de baile y malabarismos en la playa. Un grupo de filipinas bailaban vestidas de hawaianas, mientras tres chicos hacían malabarismos con fuego.

A la mañana siguiente no levantamos antes que el sol. A mi no me costó demasiado, ya que, por supuesto, mi amigo el gallo estaba por ahí cerca. El plan era desayunar en la bangka mientras veíamos los delfines. El tema de ver delfines suena muy bonito, pero en realidad es bastante aburrido. Es eso o que la vida marítima me gusta cada día menos. Tras ver grupos de delfines huyendo de nosotros, la bangka se dirigió a la isla de Balicasag, para hacer snorkeling. Muchos ya sabéis lo poco que me gusta el agua salada; al resto sólo os diré que llevo cuatro meses en las islas Filipinas y he conseguido evitar durante todo este tiempo el contacto con los peces. Pero se me acabó la "buena suerte". En cierto modo me vi obligada a probarlo, al menos para venir aquí a contar lo poco que me gustó. Si, ver corales y pececitos de colores es muy bonito, y para la gente que bucea, nadar al lado de una tortuga marina debe ser impresionante. Para la gente de "tierra", como yo, es extremadamente agobiante sentirse rodeada de peces, en un medio en que uno no puede ni controlar sus pasos. Creo que lo único que me "gustó" fue encontrar estrellas de mar, aunque me sigue haciendo más ilusión encontrar un Kalabaw.
Tras casi una hora abrasándome la espalda para ver pececitos, volvimos a la bangka (que, tras tanto tiempo en el agua, hasta me pareció un medio seguro). Visitamos las islas vírgenes, más playa de arena blanca y finísima y un mar tan cristalino que se ven los corales con todo detalle. Al llegar, un grupo de filipinos me ofrecieron erizo de mar, que al final comí por insistencia de Joseph. Mi consejo: no lo probéis nunca, aunque os cuenten lo carísimo que se vende en Japón.

Por fin volvimos a tierra firme y terminamos el día con dos excursiones: una a un museo de conchas marinas, y otra a la granja de abejas. El museo de conchas es una casita de un señor filipino que se ha pasado media vida coleccionando conchas de todo tipo. No es que las conchas sean mi pasión, pero tenia cosas preciosas en el museo, y fabricaba todo tipo de joyas y objetos con las conchas que iba coleccionando. La granja de abejas me gustó muchísimo, pero no por las abejas en si. Resulta que es un resort precioso, bastante conocido por su comida 100% orgánica. La granja enseña a los locales a practicar el cultivo orgánico, así ahorran en fertilizantes y dañan menos los suelos. También les ayudan con la comercialización de sus productos. En otras palabras, están muy comprometidos con el medio ambiente y con la comunidad (algo que no se ve muy a menudo en Filipinas).


_________________________________________________________________



Last weekend I went to Bohol. It was one of the first trips I organized when I came here, but I don't know why for this late.
According to my guide of the Philippines, Bohol seemed to be the most interesting place between Luzon and Visayas (I already had decided I would not go to Mindanao).
Since I booked the tickets until the expected date arrived, I had already contacted the Couchsurfing community in the Philippines, so I had a travel buddy coming: Joseph.
I arrived in Tagbilaran a few hours before Joseph, so I walked around the city, seeing nothing different from other places: fruit stalls, small mobile phone shops, some malls, and a lot of Jollibees (the McDonalds pinoy) .
Joseph and our guide, Alex, picked me up at the Mall, and we began our tour. On Saturday we would do "land activities" and on Sunday we would do "water stuff", so I was glad to avoid the "sea experience" for one more day.
Alex was a great guide, sometimes trying to explain things in Spanish, as their grandparents only spoke Spanish and that brought him good memories. First we went to "Sandugo", a monument in memory of the blood compact between Miguel Lopez de Legazpi and Datu Sikatuna, in the 16th century. According to Filipino customs, it is to make a cut on the wrist and drop some blood into a cup filled with some liquid. Such drinks were exchanged and drank, thus sealing the friendship between two people.
Then we went to Baclayon Church. From my point of view, the church wasn´t well preserved, but I guess they can't do much more. Once again, I was surprised to find all religious figures with long dark curly hair wigs. The church, now a museum, keeps a lot of 16th-century ecclesiastical objects, and a lot of memories of Father Pio (in one of its outer side, there's a stain caused by erosion of the building itself, which supposedly is Pio's face.)
After visiting the church, Alex took us to Santa Fe, to a very weird place. It was like a house with a garden, which had an absurd variety of animals: on the same fence you could see a monkey, a pair of eagles and an over-7-meters-long python, called Prony (specifically is the largest captive python in the world). As my sister suggested me to have a photo album called "Merry with animals", I decided to enter the fence to touch the snake. Once inside, hand over the animal, I started thinking about lousy snakes movies (yes, like "Anaconda ")... and I saw my hand on a giant python, apparently asleep, that suddenly would wake up and devour my entire arm before anyone could get me out of there. Fortunately, bad movies do not resemble reality, and now I collect that experience in the "when did this seem to be appropriate?" box. Anyway, the most fascinating thing of that place was, without a doubt, the "lady" who played our guide: a Filipino transvestite, with an outrageous make up, a Marilyn-style wig, and an indigo blue chiffon dress. He offered us a priceless performance: a playback with choreography inspired by the fusion of "pole dancing" and the natural motion of a monkey playing on the trees.
After such a show, we went to a much calm place, to see the tarsier monkeys. The tarsier is known as "the world's smallest primate", but I think the most graphic description would be" that sort of rat-bear with huge eyes".  This way, it seems that these animals are quite ugly; let´s be clear, THE ARE. And it's not because I say so, you can visit any website about the ugliest animals in the world, and find a tarsier on each of them all. At least they´re one of those animals that, being ugly, turn to be endearing (like the sloth, the armadillo or the French bulldog). Before getting to this place, I was like a crazy for touching one of these small monkeys. When my friend Japs assured me that I couldn't touch them, I was a little disappointed. It turns out that the tarsier is an incredibly delicate animal: once they used to be used as pets, until it  was discovered that, under stress, they are able to kill himself banging his head against any object. No matter how ridiculous it sounds, this is true. How cruel can Mother Nature be sometimes!
At 12 we went to Loboc River, and had lunch while enjoying a nice cruise, with good background music and some stops where locals offered us beautiful songs and dances. This is one of the things I enjoy the most about the Philippines. This country not only has wonderful beaches, but also has landscapes that contain all imaginable shades of green, flowers and butterflies so big that they seem unreal, and places where people celebrate your arrival with guitars, smiling and dancing.
After lunch, on our way to the Chocolate Hills, we made an unexpected stop to feed the monkeys. Honestly, I wasn´t too excited about it; since I traveled to India, I believe that monkeys are always waiting to see what object they can steal from you. This time I got nothing stolen one banana wasn´t enough and one female monkey jumped on me to take them all. The result? a scratch on my leg and 20 minutes praying, hoping i wouldn´t get any weird disease.
Finally, we got to the Chocolate Hills. A group of over 1285 conical hills, more or less the same size, spread over an area of 50 square kilometers. According to legend, two giants were fighting, throwing rocks, stones and sand to each other. The fight lasted days, until it exhausted completely the two giants. Both forgot what they were fighting for, and became friends. They went to another place, leaving behind all the mess caused by their fight, creating the Chocolate Hills.

Joseph and I returned to the hotel at night, to rest from such a walk. During dinner, the hotel offered a spectacle of dancing and juggling on the beach. A group of Filipino girls dressed in Hawaiian costumes were dancing while three guys were juggling with fire.

The next morning we woke up before the sunrise.  For me it wasn't hard at all, because, I do not cost too much, because, of course, my friend the rooster was working nearby. The plan was to have breakfast on the Bangka while watching the dolphins. The thing with "dolphin watching" is that it sounds nice, but it's actually pretty boring. That or it's just the fact that sea life interests me less and less each day. After watching groups of dolphins trying to flee from us, the bangka got to Balicasag island, where we would do some snorkeling.  Most of you already know i don't really like salty water; to the rest, i´ll only say that i have been in the Philippines for 4 months already and i've achieved to avoid any contact with fishes. But "good luck" was over". In a way I had to try it, at least to come here to tell you how much I hated it. Yes, watching corals and little colored fishes is cute, and for people who dive, swimming next to a sea turtle must be super exciting. For "land" people, like me, is extremely overwhelming to fee oneself surrounded by fishes, in an environment where we can't even control our steps. I think the only thing I "liked" was finding starfish, but I still prefer seeing a Kalabaw.
After nearly an hour burning my back just to see stupid little fishes, we returned to our bangka (which, after so long in the water, I even found a safe place). We visited the virgin islands; more white fine sand and a so crystalline water that you can see the corals with every detail. Once we arrived, a group of locals offered me some sea urchins, that I ended up eating by insistence of Joseph. My advice: don't ever try such a thing, no matter the stories they say about how expensive it is in Japan!

Finally we returned to the mainland to finish our day with two more trips: one to a museum of seashells, and the other to the Bee Farm. The Shell Museum is a house of a Filipino gentleman who has spent half of his life collecting shells of all kinds. Not that the shells are my passion, but he really had precious things in the museum, and he produced all kinds of jewelry and nice objects. For my surprise, I happened to love the Bee Farm, and not for the bees, of course. This place is not only a farm, but also a beautiful resort, well known for its 100% organic food.  They teach the locals how to practice organic farming, saving money on fertilizers and reducing the soil damage. They also help them marketing their products. In other words, they are very committed to the environment and the community (something not often seen in the Philippines).

martes, 14 de septiembre de 2010

Puerto Princesa

10 de Septiembre, a menos de 24 horas de mi vuelo a Puerto Princesa y seguía sin saber dónde iba a dormir, qué iba a hacer, ni si habría hueco para una viajera solitaria en los packs turísticos...y es que los filipinos no viajan solos; ni los turistas en Filipinas.
Llegué al aeropuerto pronto, a eso de las 6 de la mañana. Era mi primer vuelo doméstico y, visto como funcionan las cosas aquí, esperaba encontrar dificultades, problemas y pagos extras. Para mi grata sorpresa solo encontré lo último: una tasa de aeropuerto de 200 pesos. [Sigo pensando que viajar en este país, y en Asia en general, no es tan barato como lo pintan...sigo echando de menos a Ryanair y sus maravillosas ofertas de horarios intempestivos y música de hilo perturbadora].
Al despegar el avión, uno se siente como nuevo viendo como se aleja de la nube gris que tapa Metro Manila. Al aterrizar en Puerto Princesa (un aterrizaje curioso, ya que parece que vas a aterrizar en el mar), ya estaba con la sonrisa puesta y con ganas de disfrutar de un nuevo destino filipino, lejos del caos, la suciedad y el estrés.
Salí del aeropuerto y, como si aquello fuese mi ciudad natal, me puse a andar sin rumbo hasta que apareciese un pedicab. El pedicab resultó ser trycicle; yo sigo pensando que ambos transportes son la misma cosa pero si aquí lo quieren diferenciar, que así sea. Dí la primera de las direcciones que había anotado en mi Moleskine, esperando encontrar una habitación libre. Así fue. La pensión estaba bastante bien para lo barata que era: 175 pesos la noche, unos 4 euros. Dado que sólo iba a pasar una noche, no me planteé otra cosa mas que una cama y una ducha. Mucho más ambiciosa había sido con mi finde turístico: quería visitar Honda Bay, la ciudad y el río subterráneo, algo materialmente imposible. Muy a mi pesar, renuncié a ver las islas de Honda Bay y alquilé el tour por la ciudad para el sábado por la tarde, y el río subterráneo para el domingo. Me hace gracia recordarme hace apenas un mes, planeando hacer todas estas actividades a mi aire. Ahora tengo claro que no hay forma humana de hacer esto sin un tour, no la hay.
Como tenía tiempo antes del tour por la ciudad, me fui a las playas cercanas: Nasin Aw, Pristine y Silica. El trycicle me dejó al pie de un sendero que daba a la playa, en medio de un bosque. El sendero era una especie de puente hecho con troncos, cruzando un manglar. Si, un paisaje precioso, pero ¿cómo narices se cruza el puente hasta llegar a la playa sin sufrir una caída fatal? Los troncos, o mejor dicho palos, estaban puestos tal cual, sin cuerdas, ni clavos, ni nada de nada. Tardé en cruzar unos 10 metros de puente más o menos 20 minutos. Primero pensé en cruzar a gatas, pero la escena me parecía demasiado ridícula, incluso para mi. A mitad del puente me di cuenta que la técnica es quitarse las chanclas, arriesgando que cualquiera de esos insectos, jamás vistos, te piquen y resulten ser venenosos. Mejor hubiese sido desarrollar pulgares oponibles en los pies, pero era complicado.
Cuando ya me acercaba al final, vi que un señor me esperaba en la "entrada" a la playa. La entrada es una barrera hecha con cuatro palos mal puestos, pintados de azul, y un cartelito con el precio de la entrada: 20 pesos. Jerry me saluda educadamente y yo sólo soy capaz de contestar: "madre mía, pero cómo pretendes tener visitantes si cruzar eso es un suplicio!". La playa estaba desierta, excepto dos o tres grupos de locales bañándose con la ropa puesta. En ese momento me alegré de no estar en Honda Bay rodeada de turistas; allí estaba yo, leyendo tranquilamente en mi choza sobre el agua, dándome un chapuzón de vez en cuando, y con tan sólo el ruido de la naturaleza a mi alrededor. Un grupo de chicos filipinos me invitaron a unirme a ellos y estuve un rato intentando entender tagalog, sin éxito alguno. Me quedé sin averiguar por qué estaban dentro del agua con vaqueros, camiseta e incluso chanclas, pero creo que no hay ninguna razón concreta. Al volverme a mi choza en la orilla, unas niñas de 12 años me estaban esperando.  Es curioso el efecto que produzco en las niñas; se me quedan mirando como todo el mundo en general, pero no suelen ser nada vergonzosas y siempre se acercan a decirme cumplidos (cosa que echaré de menos enormemente, ya que en Europa JAMÁS me pasa tal cosa). Les estuve enseñando un poco de español, aunque ahora no estoy muy segura de que eso sea algo adecuado en este país.
A eso de la 1, tras media hora de puente y diez minutos de triciclo compartido, volví al hotel. Ya había oído que en general, los pedicabs y triciclos se comparten, aunque nunca me había pasado. En las provincias la gente es mas simple: un conductor no se pregunta si quieres compartir transporte o no, da por hecho que si (y no lo digo como crítica sino como halago: en todo el viaje no me sentí como "la europea a quien hay que tratar de forma distinta", y eso es lo que me permite disfrutar de mis viajes en condiciones).
Mientras esperaba a la furgoneta para iniciar el tour, pensaba en quiénes serían mis compañeros: habría turistas? habría gente joven?. Pero no se me ocurrió pensar que serían todo parejas...y lo eran. Yo no tenía pareja alguna (Alberto, no deberías estar tan lejos), así que cogí por banda al conductor de la furgoneta y le hice mi compañero de charlas de viaje.
Primero fuimos a la granja de cocodrilos, donde tuve que volver a manejarme en tagalog para entender algo, medianamente. La visita a la granja fue interesante: a pesar de mucho National Geographic visto, no era consciente de lo grandes que pueden ser los cocodrilos. Primero vimos unas cuantas crías, que ya pegaban algún susto que otro; los cocodrilos son sensibles al movimiento, y tantas manos haciendo fotos les ponía en actitud..digamos defensiva. Cuando pasamos a ver a los grandes, admito que yo no tuve ganas de quedarme demasiado: andábamos por un puente de rejas, por encima de las piscinas, y esos animales son exageradamente grandes. Tras dar de comer a uno de ellos con un trozo de carne atado a una cuerda, decidí que era suficiente y no tenia porqué pasar mas tiempo en ese puente del que no me fiaba un pelo. Pasé al momento "turista", para hacerme unas fotos con una cría de cocodrilo. Una cría que se empeñaba en meter la pata en mi escote, cosa que hizo gracia a todo el mundo menos a mi (las crías también tienen uñas).
De la granja de cocodrilos nos fuimos a otra granja, la de Iwahig. Esta es una granja muy especial porque es una cárcel, creada en 1902 por los Americanos, para los filipinos que lucharon contra la ocupación de EE.UU. En mi vida había pensado que fuese ha ir voluntariamente a una cárcel y la verdad, no me sentía demasiado emocionada al respecto. ¿Quien va de turismo a una cárcel?. Por lo visto, mucha gente. El recinto tiene unas 44 hectáreas de bosque, residencias y campos de cultivo. Los prisioneros trabajan en los campos (cobrando un sueldo), y fabrican productos artesanales que venden a los turistas. Todos los prisioneros danzan a sus anchas por el terreno de la prisión, excepto los de máxima seguridad, que permanecen "encerrados". Para distinguirlos, llevan camisetas de distinto color: marrón si son delitos menores, azul si son delitos medianos y naranja los de máxima seguridad. Lo gracioso es que un asesino generalmente lleva una camiseta azul, porque sólo consideran de máxima seguridad a los enfermos mentales (violadores).
Los prisioneros de Iwahig llevan una vida bastante cómoda, a decir verdad, mucho mejor que la de muchas familias filipinas que viven respetando la ley. Tienen un lugar donde dormir, comida, aseo y un sueldo. En muchos casos pueden incluso tener a sus familias viviendo allí con ellos, ya que el recinto también cuenta con una pequeña escuela. Para colmo, disfrutan de un paisaje precioso mientras viven en isla más segura de todo el país, porque en Palawan, rara vez hay ciclones, tifones o lluvias torrenciales capaces de provocar desastres. Los prisioneros no escapan, por temor a ser capturados y llevados a otra prisión. Según nuestro guía, a veces un filipino comete un delito menor para entrar en la prisión y llevar una vida mejor.
Cuando entramos en la tienda de souvenirs de la prisión (soy consciente de lo ridículo que suena esto), un par de prisioneros me seguían por la tienda y me sentí bastante incómoda. Pretendían venderme una camiseta naranja como souvenir. En ese momento paré el tiempo para recapitular y ser consciente de mi situación: estaba en una prisión dialogando con dos criminales que intentaban que pagase por tener una camiseta que dice "máxima seguridad", una camiseta que simboliza a los violadores de esa prisión. El termino "absurdo" se quedaba pequeño, así que me limité a volver a la furgoneta.
De allí nos fuimos al Weaving Center, parecido a la escuela que visité en Baguio, solo que aquí tejen con pajas. Intenté tejer un poco, pensando que con pajas no sería tan complicado como con hilo, pero definitivamente no es lo mío. Hicimos una parada en un lugar llamado Bakery Hill; un complejo con un jardín muy bonito pero un montón de estatuas horterísimas por todas partes: desde loros y monos mal pintados, hasta Blancanieves y los siete enanitos, en tamaño industrial.
Volví al hotel sobre las 6 de la tarde y quedé con los chicos de la playa para ir a cenar (no iba a estar sola todo el rato, no?). Decidí dar una vuelta mientras iba al punto de encuentro con mis nuevos amigos. Puerto Princesa es un sitio bastante agradable: limpio, tranquilo y lleno de árboles y flores. Los locales siguen sin entender que me pare a hacer fotos a los hibiscos; yo sigo sin entender que los locales vayan con un paraguas abierto incluso al anochecer y sin que esté lloviendo. Diferencias aparte, ¡qué bien sienta pasear por caminos tranquilos y que la gente te salude como a cualquier vecino!
Mis nuevos amigos palaweños me llevaron al muelle a probar la comida filipina de los puestos de la calle. Hace un par de meses os decía que jamás comería en un puesto de la calle, y ahora lo hago con total naturalidad. Sinceramente, sigo pensando que desde que comí Balut ya no soy la misma. La buena noticia es que empiezo a encontrar sabor en la gastronomía filipina y ya merece una sola entrada al respecto (aun estoy en proceso de investigación). Tras pasear por la bahía, me llevaron a un restaurante filipino donde tenía que comer con las manos. Me acordé de Laura, y lo mucho que le gusta jugar con la miga del pan y los postres, y lo nerviosa que eso me pone. No es que me vaya a morir por comer con las manos, pero amasar el arroz antes de metérmelo en la boca me sigue pareciendo una cochinada.
Volví al hotel sobre las 9 y me fui derecha a la cama, ya que mi tour del domingo comenzaba a las 6 de la mañana. Evidentemente no esperaba ni un colchón cómodo ni un silencio rotundo por un precio tan bajo, pero lo que tampoco esperaba es que mi compañero de viajes non-grato hubiese encontrado mi paradero: a eso de las 2 de la madrugada, mi viejo amigo el Gallo empezó a cantar, y la noche fue un verdadero martirio. Me pasé horas haciéndome preguntas: ¿por qué de pequeña te dicen que el gallo hace kikirikí cuando el ruido que emite se parece más a los chillidos de Psicosis?, ¿Por qué nos hacen ver al gallo como un "señor galante cortejando a la hembra cantando", sí se asemeja más a un "viejo verde gritando frases impertinentes"?, y lo que es más importante: ¿por qué te hacen crecer pensando que los gallos "cantan" al amanecer cuando no hay nada de cierto en eso? Dudo que los gallos tengan alguna noción de tiempo, por eso se pasan el día y la noche dando alaridos sin ton ni son.
La noche del 11 de Septiembre, el gallo estaba tan cerca de mi ventana que de no ser por la mosquitera, le hubiese tirado el ventilador a la cabeza. Qué triste situación: una mujer de 24 años volviéndose completamente loca por los alaridos de un estúpido animal de granja, sin poder hacer nada por evitarlo. Poniendo fin a la peor noche de mi vida, el grito de las 5,40 fue el último que tuve que soportar. A las 6,15 salíamos del hotel.
Esta vez compartí el tour con un grupo de amigos filipinos, muy agradables, que me acogieron como una más. El viaje al río subterráneo dura una hora y media en coche, más unos 20 minutos en Bangka. La carretera es en zigzag, pero al menos está en buen estado y se pasa por el, ya habitual, paisaje de montañas y bosques, del que no creo que pueda cansarme. Para mucha gente no tiene nada de emocionante ver tanto verde, tanto árbol, tanta roca o tanta palmera, pero eso es porque no viven en un pinar (sin menospreciar a mis hermosos pinos). A medida que nos acercábamos a la playa para coger la Bangka, vimos la famosa montaña que encierra al río subterráneo. La llaman el gigante dormido porque en su forma se puede adivinar a un gigante tumbado, con su frente, su nariz y su enorme estómago (hay que echarle un poco de imaginación).
Reconozco que antes de emprender el viaje, lo que yo pretendía era ver lagartos y monos, porque lo de las cuevas nunca ha sido mi fuerte. Para mi sorpresa el tour fue fantástico. Nuestro guía era un tipo divertidísimo que no paraba de encontrar objetos y personajes en las formaciones rocosas de la cueva. Una parte del río es lo que llaman la Catedral, porque según ellos se puede ver entre las rocas la forma de la Sagrada Familia y unos ángeles (aquí hay que echarle mucha más imaginación). El viaje no duraba mucho, pero era muy interesante. La cueva está llena de murciélagos, por lo que si quieres mirar hacia arriba, lo mejor es que mantengas la boca bien cerrada (según el guía, el guano no tiene muy buen sabor, y yo me fío de ese señor). Lo único "malo" es el olor, que no consigo describir más que dándole a "agridulce" la categoría de olor (si es que eso se entiende...). Tras la visita al río, paramos en la playa para comer y darnos un baño. No vi ningún lagarto, sólo dos monos curiosos se acercaron un poco a nosotros, pero no me importó: mientras leía tumbada en la playa vi cómo se acercaba un carro tirado por un Kalabaw (Carabao). Aunque nadie parece entenderlo, el Kalabaw es sin duda alguna mi animal favorito, y estaba ansiosa por ver uno de cerca y poder acariciarlo (mil veces mejor que dar de comer a un cocodrilo de 180 kilos y unos dientes como mi mano de grandes).
El tour terminó, volvimos al hotel y me tocó despedirme una vez más, de la parte buena de estar en Filipinas. Ya en el aeropuerto, mi "zeng" desapareció por completo cuando vi el avión que me llevaba de vuelta a Manila...un avión con propulsores en cuyo interior las indicaciones estaban en español. ¿Es una broma? No, es Zest Air.
Afortunadamente, como veis, son capaces de llegar a su destino.


_________________________________________________________________


September 10, less than 24 hours left for my flight to Puerto Princesa and still did not know where would I sleep, what would I do, or whether there would be space for a lonely traveler in the tour packages... because Filipinos do not travel alone; neither do tourists in the Philippines. I reached the airport early, at about 6 am. It was my first domestic flight and for what I've seen here, I expected to find difficulties, problems and extra payments. Luckily,I found only the latter: an airport tax of 200pesos. [I still think that traveling in this country, and in Asia in general,is not as cheap as it seems... I still miss Ryanair and its wonderful offers of unsuitable schedules and disturbing background music]. Once the plane takes off, one feels great leaving behind the grey cloud covering Metro Manila. Upon landing in Puerto Princesa (a curious one, since it seems that you are landing in the sea) I was already with a smile in my face and eager to start enjoying a new Philippine destination, away from the chaos, dirt and stress. I left the airport and, as if that were my hometown, I walked aimlessly until I found a pedicab. The pedicab turned to be a tricycle; I still think that both transport are the same thing, but well.... I gave the first from all the addresses I wrote on my Moleskine, hoping to find an available room. And I did. The pension was good enough for its price: 175 pesos per night, around 4 euros. As I was going to spend just one night, I didn't think of anything else but a bed and a shower. Much more ambitious I was with my tourist weekend: I wanted to visit Honda Bay, the city and the underground river, something materially impossible. Much to my regret, I resigned to see the islands of Honda Bay and rented the city tour on Saturday afternoon, and the underground river on Sunday. Going back a few months, it makes me laugh how I planned to do all these things on my own. Now I know with no doubt there's no possible way to make it without a tour, no way.
As I had enough time before my city tour, I decided to go to the closest beaches: Nasin Aw, Pristine and Silica. The tricycle left me at the foot of a path, in the middle of a forest, that leaded to the beach. The path was a bridge made out of logs, crossing a mangrove swamp. Yes, a beautiful scenery, but how the hell does one cross the bridge to reach the beach without suffering a fatal fall? The logs, rather sticks, were just left there, one close to another, without ropes or nails or anything. It took me about 20 minutes to cross the 10-meter-path. At first I thought I could cross on all fours, but the scene seemed too ridiculous, even for me. In the middle of the bridge I realized that the technique was on removing your flip-flops, risking a bite of one of those never-seen-insects, finding out they were poisonous. Better have been developed opposable thumbs on my feet, but that was complicated. As I reached the end of that damn path, I saw a man waiting for me at the beach's entry. The entry is a barrier made by four poles painted in blue, and a sign with the entrance fee: 20 pesos. Jerry greeted me politely and I could only answer, "OMG, how you intend to have visitors when crossing that's a torture!". The beach was deserted except for two or three groups of local people bathing with their clothes on.  At that moment I felt glad of having skipped Honda Bay, all full of tourist. There I was, quietly reading in my hut on the water, having a dip from time to time, and with only the sound of nature around. A group of Filipino boys invited me to join them and I spent a while trying to understand Tagalog, without success. I still don't know why they were bathing with their jeans, shirts and even flip-flops (which apparently can't be classified as footwear), but I think there is no concrete reason. When I turned to my hut on the shore, four 12-year-old girls were waiting for me. It is funny how children are impressed by seeing me here; as everyone in general, they stare at me, but usually they're not that shy and always come towards me and pay me some compliments (which is something I will miss really bad, cause that never happens to me in Europe). I taught them some Spanish, but now I'm not sure that is something appropriate in this country.
At about 1p.m., after a 30-minutes path crossing and a 10-minutes shared tricycle, I returned to the hotel. I had heard that in general, pedicabs and tricycles are shared, although I had never experienced it before. In provinces people are more simple: a driver does not ask whether you want to share the transport or not; he assumes that you do (and I do not say this as criticism but as a compliment: during the whole trip I did not feel like an "European who should be treated differently " and that's how I can really enjoy my journeys). While waiting for the van to start the tour, I thought who would be my companions : would they be tourists? Young people?. But I didn't thought of a group of couples ... and that's what they were. I had no partner at all (Alberto, you shouldn't be this far), so I approached the van's driver and made him my travel buddy.
First we went to the crocodile farm, where I had to use my skills with Tagalog to understand something, more or less. The visit to the farm was interesting: although having seen a lot of National Geographic, I wasn't aware of how big these animals can be. At first we saw the young ones, that were already a bit scary (Crocodiles are sensitive to movements and so many hands taking pictures put them in a...defensive attitude). Then we went upstairs to see the big ones, and I admit that I did not feel like staying too long: we were walking on a sort of suspension bridge above the pools, and those animals were unrealistically large. After feeding one of them with a piece of meat tied to a rope, I decided that was enough and I didn't have to spend any more minute on that bridge I didn't trust at all. Then I reached the "tourist moment": taking a picture with a baby crocodile. A baby who kept putting his leg on my low-cut neck, something that apparently was funny; not to me (young ones also have nails).
From the crocodile farm we went to another farm, Iwahig. This is a very special farm because it is a prison, established in 1902 by Americans, for the Filipinos who fought against the U.S. occupation. I never though I could ever go voluntarily to a prison, and, to be honest, I wasn't really excited about it. Who does tourism going to a prison? Apparently, many people. The site has about 44 hectares of forest, residences and agricultural fields. The prisoners work in these fields (with a salary), and made handicrafts to sell to the tourists. All prisoners move freely through the area of the prison, except for the maximum-security ones, which remain "isolated". To distinguish them, they wear t-shirts with different colors, according their sentences: brown for the minimum, blue for the medium and orange for the maximum. The funny thing is that murderers usually wear the blue one, because only prisoners with mental problems (rapist) are considered of maximum security.
Iwahig's prisoners have a fairly comfortable life, actually much better than many Filipino families living within the law. They have a place to sleep, food, hygiene and a salary. In many cases they may even have their families living there with them, since there's also has a small school within the enclosure. To top it all, they enjoy a beautiful scenery while living in one of the safest islands across the country, because in Palawan, cyclones, typhoons or torrential rains are not that common. The prisoners do not escape for fear of being caught and taken to another prison. According to our guide, sometimes a Filipino commits a misdemeanor to enter the prison and have a better life. When we entered the souvenir shop of the prison (yes, I now how ridiculous this sounds) two prisoners followed me around the shop, and I felt quite uncomfortable. They tried to sell me one of the orange T-shirts. At that point, I kind of stopped the time to take a look at my situation: I was in a prison talking with two criminals who tried to make my pay for having a t-shirt saying "maximum security"; a t-shirt that symbolizes the rapist of that place. The term "absurd" was too small for that, so I just went back to the van.
From Iwahig, we went to the Weaving Center, like the one I visited in Baguio, but here they're working just with straws. I tried to weave a little, thinking straws would be not as tough as thread, but definitely it wasn't my thing. We stopped by in a place called Bakery Hill; a kind of resort with a nice garden but a lot of easier than wire thinking that it would not be as tough as wire, but definitely not my thing. We stopped at a place called Bakery Hill, a resort with a nice garden but a lot of extremely tacky statues everywhere: from parrots and monkeys, to Snowhite and her Seven Dwarfs.
I went back to the hotel at 6p.m. and made an appointment with the boys i met at the beach (don't think i'd be alone all the time!). I decided to take a walk till meeting my new friends. Puerto Princesa is a pretty nice place: clean, calm and full of trees and flowers. The locals still don't understand why I stop to take pictures of the hibiscus; I still don't understand why locals go with an open umbrella even in the evening and when it's not raining. Differences aside, how goof it feels to walk by quiet roads with people treating you as any other neighbor! My new palaweño-friends took me to the dock to taste some filipino food on the street stalls. A couple of months ago I was telling you I would never eat in such a place, and now I do it naturally. Honestly, I still think that since I ate Balut I'm just not the same person. The good news is that I begin to find some taste on Filipino cuisine and it deserves a single post on the blog (but it's still under investigation). After walking along the bay, my friends took me to a Filipino restaurant where I had to eat using my hands. I thought of Laura, and how much she enjoys playing with crumb and desserts, and how it annoys me. Not that I will die from eating with my hands, but mashing the rice before putting it inside my mouth still seems disgusting. I went back to the hotel at 9 and went straight to bed, as my tour was at 6a.m. the next morning. Obviously, I wasn't expecting a comfortable mattress or a resounding silence for such a low price, but what I did expect less was to find that my non-grato-companion had found my whereabouts: at about 2 am, my old friend The Rooster began to sing, and the night was a true martyrdom. I spent hours asking myself: why do people say the rooster does cock-a-doodle-doo when the sound emitted is closer to the screaming on Psychosis?, why do we see the rooster as a "gallant gentleman courting the female by singing" when he acts more like the "dirty old man shouting impertinent things"?, and more importantly: Why one grows up thinking the rooster "sings" at dawn when there's no truth on that? I doubt roosters have any notion of time, and so, they spend day and night screaming for no reason. On the night of September 11, the cock was so close to my window that if not for the mosquito net, I would have thrown the fan to his head. What a sad situation, my friends!: a 24-year-old woman losing her cool by the shrieks of a stupid farm animal, feeling so powerless. Leaving behind the worst night of my entire life, the scream of 5,40 was the last I had to endure. We left the pension at 6.15. This time I shared the tour with a group of friends, all of them Filipinos, very nice people who welcomed me as part of their group. The trip to the underground river lasts an hour and a half by car, plus about 20 minutes in Bangka. The road is in zigzag, but at least it is in good conditions and, once again I could enjoy the amazing views of mountains and forests. For many people there is nothing exciting on that much green, rocks, palm trees; but that is because they don't live in a Pine forest (with all my respect for my beautiful Pines at home). As we approached the beach to catch the Bangka, we saw the famous mountain enclosing the underground river. The "Sleeping Giant" is how they call it, because you can see the shape of a giant lying, with his forehead, his nose and his big stomach (need to take a little imagination, though). I recognize that before starting the journey, what I wanted was to see the lizards and monkeys, 'cause I've never been that much into caves. To my surprise the tour was absolutely fantastic. Our guide was a funny guy that kept finding objects and characters in the rock formatIons InsIde the cave. A part of the cave is what they call the Cathedral, because according to them, one can see among the rocks the shape of the Holy Family and some angels (here, a lot more Imagination is needed). The trip did not last long, but it was very interesting. The cave Is full of bats, so if you want to look above, it is best to keep your mouth shut (as the guide saId, guano does not have a very good taste, and I trust the gentleman). The only "bad" thing was the smell, that I cannot describe another way but giving "sour" the category of odor (If that makes any sense...). After visiting the river, we stopped at the beach for lunch and rest. I dIdn't see any lizard, and only two curIous monkeys came by, but I did not mind: while lying on the beach reading, I saw a cart pulled by a Kalabaw (Carabao) on the sea shore. Although nobody seems to understand why, the Kalabaw is undoubtedly my favorite anImal, and I was waItIng for the moment I could see one close enough to touch it (a thousand times better than feeding a 180-kg-crocodile wIth teeth as large as my hand). The tour ended, we returned to the hotel and I had to leave again thIs good part of being in the Philippines. Already at the airport, my "zeng" disappeared completely when I saw the plane that was goIng to take me back to Manila: a propeller plane with the InstructIons Inside wrItten in Spanish. A joke? No, Zest Air. Fortunately, as you see, it was able to reach its destination.

lunes, 30 de agosto de 2010

Aurora - Baler

Como cada día, el pasado sábado me desperté a las 4am con el canto del gallo del vecino. Hubiese vuelto a maldecir al dichoso animal, de no ser porque...¡¡me iba de viaje de fin de semana!!
Cada vez que salgo de Manila es como una bendición: el aire puro, la naturaleza...(la comida insípida, la falta de higiene...que en todas partes la cosa es similar, tampoco nos engañemos). La idea era coger el autobús hacia Aurora pronto, para poder aprovechar el día. Aris y yo habíamos contemplado la opción de ir en coche, pero al parecer la carretera no estaba en el mejor estado y su amigo no quiso llevar el coche. Yo podría haber pensado que si un filipino dice "mal estado", eso para mi se traduce en "pésimo estado"...pero todo apunta a que no se me da muy bien eso de pensar. El viaje, que debía ser de 5 horas, duro casi el doble. Fue mi segunda experiencia en un autobús filipino, y aunque ésta vez no me congelé del frío con el aire acondicionado, el viaje fue mucho más angustioso. Para empezar, el bus supuestamente salia a las 5 y media, pero resulta que los autobuses no tienen horario fijo: cuando está lleno sale, y punto. A las 6 empezamos nuestro viaje, que ya anunciaba ser un infierno desde el momento en que descubrí que teníamos a un gallo en el asiento de atrás. Si, si, un gallo; con sus plumitas, sus espolones, su piquito...y sus malditos cánticos (empiezo a pensar que es mi sino en la vida, tener un gallo cerca). El bus paraba cada dos horas de trayecto; no entiendo nada, por qué tanta parada?. Al parecer lo filipinos son como los bebés, tienen que comer cada dos horas para sentir que todo va bien. Después de mi viaje a Baguio, ya sabia lo suficiente de viajes en bus como para ni siquiera intentar ir a un baño en un bar de carretera. (Es algo indescriptible, y aunque se pudiese describir, no malquiero tanto a mis lectores). Lo peor del viaje llegó cuando ya habíamos cumplido las supuestas 5 horas y nos dimos cuenta que aun quedaban otras 3 por lo menos. Entendí entonces el significado de "mal estado de la carretera". Una carretera está en mal estado cuando sólo el 2% está asfaltado, 10cm mas alto que el camino original, sin barreras de seguridad ni en zonas de barrancos, y con una anchura media de 2,5m de ancho, siendo menor aun en los puentes. Yo decidí que si iba a mirar por la ventana, mejor que fuese hacia arriba: prefería ver montañas, lagunas y bosques de palmeras, que 2mm de distancia entre las rocas y mi ventana.
Por fin, a eso de las 3 de la tarde, llegamos a la estación de Baler. Estación...quizá es un término demasiado ambicioso; dejémoslo en: grupo de sillas bajo un techo en medio de la nada, con unos cuantos pedicabs en fila y un par de puestos de comida casera. Aris se moría de hambre, así que comimos en uno de esos puestos. De haber ido sola, jamás habría comido en un lugar así, aunque era comida normal y corriente filipina (arroz con cosas, sabor a nada). Cogimos un pedicab que nos llevó hasta la playa de Sabang. La famosa playa de arena negra, cuya arena no era negra. Empiezo a pensar que los filipinos tienen serias dificultades con la percepción real de los colores. Bajamos a la playa y descubrí que la única cosa verdaderamente blanca en ese lugar era yo. En la orilla había tres grupos de gente tirando de las redes; los niños ayudaban tirándose al mar con ropa para empujar la red desde dentro. Tras darme un baño en el mar, decidimos acercarnos a uno de esos grupos de pescadores. Yo pretendía hacer fotos de “estranjis”, pero resulté convertirme en la atracción y no la turista: los niños se morían de risa al verme y las señoras me miraban como si fuese un fantasma. Una de ellas dijo "mirad, es tan blanca que parece papel". Supongo que no ayudaba ir por playa en bikini en un lugar dónde ni siquiera se concibe el traje de baño; la gente se baña con ropa. Cuando por fin la red entera llegó a la orilla, la gente empezó a amontonarse alrededor y a coger peces como locos: los más pequeños se los metían en los bolsillos o los guardaban en su camiseta. Las mujeres iban más preparadas, con bandejas y cestas. Al parecer, los locales pueden coger los peces más pequeños, los que no se van a vender en el mercado, y llevárselos gratis a sus casas para la cena. Después de pasar un rato más en la playa, Aris consiguió un buen trato con el chico del pedicab: nos llevaría el sábado y el domingo a dónde quisiéramos ir por el módico precio de 600 pesos (unos 10 euros). De haber ido sola, el precio hubiese sido turista y no filipino, es decir, me habrían cobrado el triple. Como iba a anochecer en breve, decidimos ir a las cataratas mas cercanas, las Cunayan. 30 minutos de pedicab, sentada en el sidecar con otra persona, y por una camino de piedras, es algo que jamás debería haber hecho; ya me falta espació cuando voy yo sola, como para probar con más gente. El viaje fue una pesadilla, así que la vuelta la hice sentada en la moto: pasamos por plantaciones inmensas de coco, y cada vez que nos acercábamos a una zona poblada, alguien pegaba un grito y los niños salían corriendo a decirme adiós. [Siempre que pasa algo así, pienso en ti, Alberto: cuanto disfrutarías sintiéndote observado como el ser mas perfecto jamas creado]. Antes de llegar al hotel, el pedicab se paró en un puesto de comida, y Aris se bajó a comprar algo. Cuando llegamos al hotel y nos sentamos en uno de los Kubos (chozas) a cenar, descubrí que lo que había comprado Aris era Balut: tres huevos de pato, cocinados de forma...especial. El Balut es probablemente la cosa mas asquerosa considerada “alimento”; es un huevo de pato cocido, pero una vez se ha formado el embrión. Dicho así no suena tan repugnante, pero cuando uno ve el producto en vivo y en directo, lo ultimo que piensa es en meterse eso en la boca y tener que masticarlo. Yo le había comentado a Aris que quería probarlo antes de volver a España, pero no estaba preparada para que fuese esa misma noche. Por suerte, antes de comer Balut, tienes que comer algo consistente, así pude disfrutar de una última cena antes de mi transformación. Y es que después de haber comido Balut, una ya no vuelve a ser la misma persona. Admito que tuve suerte, y el embrión no estaba muy crecidito, pero no creo que tenga valor para repetir la experiencia. Son de esas cosas que haces una vez en la vida, saboreando el triunfo durante 5 minutos, y preguntándote el resto de tus días en qué momento te pareció una buena idea.
A la mañana siguiente, nuestro pedicab nos esperaba para llevarnos a Balete Tree. Se dice del árbol que hospedan demonios, kapres, dwendes o incluso algún tikbalang. No esperaba otra cosa de los filipinos, y es verdad que el árbol en cuestión tiene una pinta un poco tétrica. Este tipo de árboles crecen a partir de otros...es como si se comiesen al árbol en el que se "hospedan", creciendo alrededor. Por eso su interior es hueco: razón suficiente para pensar que ahí dentro vive alguna criatura maligna, claro está. Después de hacer un poco el mono, trepando por el árbol, nos fuimos a las cataratas madre. Otro viaje dando botes, para acabar llegando a una especie de riachuelo al pie de unas montañas. Aris me había dicho que probablemente tendríamos que escalar un poco. Ese "poco" se convirtió en casi una hora trepando rocas gigantescas y cruzando los rápidos andando (y con chanclas!, todo un reto). Nos acompañaba el chico del pedicab y un señor medio desnudo con un machete, aunque sigo sin saber qué pretendía cortar si lo único que hacia falta ahí era un maldito puente. Por fin llegamos a la cascada y la verdad es que el camino mereció la pena. Aunque no podíamos acercarnos mucho (el agua me habría tirado río abajo en cuestión de un segundo), logramos darnos un chapuzón. Seguro que hay cataratas mas “impresionantes” en el país, pero a mi me pareció algo espectacular... Después de todo la única cascada que había visto es la del Campo Grande de Valladolid (para los que no lo conocéis el campo grande, decir que “eso” es como una cascada, es como decir que una Pepsi es como una Coca-Cola). El camino de vuelta fue mucho mas agradable, y sencillo: el agua estaba tan congelada que ni notaba el calor que hacía al andar montaña abajo. Volvimos a la playa, donde disfrute de un delicioso último batido de plátano y fresa.
Lo malo de estos viajes es que son muy cortos: tengo un horario laboral que cumplir y el viaje en sí dura horas y horas, asi que el tiempo de disfrute suele ser muy cortito...
Ojalá alguien me pagase por descubrir nuevos lugares y volver aquí a contaroslo todo!


___________________________________________________________



As every day, last Saturday I woke up at 4am while the neighbor's rooster was singing. I would had kill the damn animal if not for the fact that...I was going on a weekend journey!!
Every time I go away from Manila is like a blessing: fresh air, nature... (tasteless food, poor hygiene...everywhere things are pretty similar, let's picture it as it is). The idea was to catch the bus to Aurora soon to make the most of the day. Aris and I had thought about the option of going by car, but apparently the road was not in the best condition and his friend refused to take us there. I should have thought that if a Filipino talks about “bad conditions”, that can be translated for me into “dreadful conditions”... but it seems I'm not really good at this thing of thinking. The trip, which should be of 5 hours, took us almost twice as much. It was my second time on a filipino bus and, even if this time I didn't die of cold due to the air-con, the trip was much more distressing. First of all, the bus was supposed to leave at half past five, but it did at 6. There are no fixed schedules: when the bus is full, it leaves, and that's all. As we started the trip, we knew it was gonna be like hell from the moment we saw we had a rooster on the back seat. Yes, yes, a cock, with its feathers, its spurs, its beak...and its damn annoying singing (I started thinking its my fate in life, to have a rooster around). The bus stopped every 2 hours. I don't understand, why do we stop this much? Apparently, Filipinos are like babies: they need to eat every 2 hours to feel everything's going well. After my trip to Baguio, I knew already enough about “traveling by bus” to avoid entering any WC at the roadside bars. (It's indescribable, and even if it could be describe, I don't detest my readers).
The worst thing on the trip was once we reached the 5 hours driving and we realized there were at least 3 more hours ahead. Then I understood the real meaning of “road in bad conditions”. A road is in bad conditions here when only 2% is paved, 10cm higher than the original path, without safety barriers on areas of ravines, and an average width of 2,5m, being smaller on bridges. I decided then that, if I was gonna look through the window, better look up and see mountains, lakes, blue skies and palm trees, rather than finding myself just a few mm separated from the rocks.
Finally, around 3pm, we got to Baler station. Station...that's perhaps a too ambitious term, let's say: a group of chairs under a roof in the middle of nowhere, with a few pedicabs in line and a couple of homemade-food stalls. Aris was hungry so we ate on one of those stalls. If I had gone alone to this trip, I would have never stopped in such a place, although it was all about ordinary filipino dishes (rice with stuff, taste of nothing). We took a pedicab to Sabang Beach. The famous black-sand beach, whose sand wasn't black. I start thinking Filipinos has serious issues with the real perception of colors. We took a walk around the beach, and I realized the only really white thing there was me. On the shore, there were small groups of fishers pulling their nets, and children jumping into the sea to help them out from the inside. After bathing a little bit, we decided to get closer to the fishermen. I wanted to take a few pictures, “on the sly”, but it turned out I became the attraction instead of the tourist: children were laughing so hard, and women were looking at me as if I were a ghost. One of the ladies said “look, she's as white as paper”. Probably, it didn't help to walk around on my bikini, noticing nobody even wears a bathing suit there: people bathe with their clothes on. When finally the entire net reached the shore, people started surrounding it and taking fishes really fast: little children kept them on their pockets on their t-shirts: women were better prepared, with trays and baskets. Apparently, the local people can take the small fishes, that won't be sold to big markets, and take them for free to their homes, for dinner.
After spending a while on the beach, Aris got a great deal with the pedicab boy: he would take us anyplace (in the area) on Saturday and Sunday, just for 600 pesos (10 euros). If I had gone by myself to this trip, I would have got a “tourist-price” instead of filipino, meaning I would have paid triple. As it was going to get dark soon, we decided to go to the nearest falls, the Cunayan. 30 minutes on a pedicab, sitting in the sidecar with another persona, on a path full of stones, is something I should have never done: I already feel a lack of space traveling alone, to try with two people!. The trip was a nightmare, so I sat on the motorbike on our way back. We passed through vast coconut plantations, and every time we got near a populated area, someone shouted and the children were running to smile and say goodbye. [Every time something like this happens, I think of you, Alberto: you would enjoy so much being seen as the most perfect ever made creature!]. Before reaching the hotel, the pedicab stopped on a food stall and Aris bought something. When we arrived, we sat on one of the Kubos (huts) for dinner. I discovered then that Aris had bough Balut: 3 duck eggs, cooked in a special way... Balut is probably the most disgusting thing that can be considered “food”. It's a duck egg, boiled once the embryo has formed. That doesn't sound as disgusting as seeing the product in live: the last thing you think when you see that is to put it inside your mouth and chew it. I told Aris I wanted to try it before leaving for Spain, but I wasn't ready for that night. Luckily, before eating Balut, one must eat something consistent, so I could enjoy a tasteless last dinner, before my transformation. After eating Balut, one is no longer the same person never again. I admit I was lucky, and the embryo was not very grown-up, but I wont have the courage to repeat the experience. It is one of those things you do once in a lifetime, savoring the triumph for 5 minutes, and asking yourself when did you find that a good idea for the rest of your life. The next morning, our pedicab was waiting to take us to Balete Tree. It is said this tree hosts demons, kapres, dwendes and even some tikbalang. I didn't expect less from Filipinos, and its true that the tree looks a bit gloomy. This kind of trees grow up from other trees...it's like they eat the tree that hosts them, growing up around it. That's why their inside is hollow, enough reason to believe there might be some evil creature living inside, of course. After being a little monkey, climbing up the tree, we went to the Mother Falls. Another trip bouncing through impossible paths, till we reached a stream at the foot of a huge mountain. Aris told me we would probably have to climb a little. That “little” was almost an hour climbing huge rocks and walking across the rapids (on flip flops!, a true challenge). We were accompanied by our pedicab driver and a half-naked man with a machete (still don't know why a machete: nothing needed to be cut, we just needed a damn bridge!).
Finally we reached the falls and the truth is that the views were worth it. Although we could not get too close (the water would have thrown me down the river in just a second) we had a dip. Sure there are greater waterfalls in the country, but I thought these were something spectacular ... After all, the only waterfall I had seen so far is the one in Campo Grande, Valladolid (for those who do not know the place, saying that thing is like a waterfall, is like saying Pepsi is like Coca-Cola). The way back was way better: the water was so frozen that I could hardly noticed how hot it was while walk down the mountain. We got back to the beach, where I enjoy a last amazing banana-strawberry shake.
The bad thing about these trips is that they are too short, and since I have working schedule and the trip takes hours and hours, the time I have left to enjoy a new place is pretty short ...
How I wish someone would pay me to go discover new places and come back to tell you all about it!










Tráfico y Polución / Traffic and Pollution

Nada mas llegar a Manila, me moría de ganas por subirme a un Jeepney; me parecía "cómico y divertido". Poco tardé en darme cuenta de que no tiene nada de divertido. Para una Europea, la cantidad de tiempo que se pierde en los desplazamientos en este país es algo inconcebible a la par que incómodo. Por eso, hay que hacer verdaderos cálculos a la hora de elegir qué medio de transporte se va a utilizar, y no es una tarea fácil...la oferta es variada pero poco apetecible, y cada trayecto ofrece nuevo "contras" a tener en cuenta. En Manila puedes moverte en taxi, jeepney, o pedicab (una especie de moto con sidecar, pero a lo cutre). El taxi parece la mejor opción, pero si eres blanco lo más normal es que siempre te timen unos cuantos pesos, además de darte el viajecito con todo tipo de preguntas incómodas. Yo ya me he inventado varias vidas, en algunas de ellas estoy casada y mi marido se ha quedado en el hotel; en otras le tengo en España cuidando de nuestros 8 hijos...rara vez es una vida parecida a la real (parecen quedarse mas tranquilos si estoy casada y con hijos). Lo peor de os taxis, es que te llevan por el camino que quieren, aunque tu les digas detalladamente por dónde quieres ir, y rara vez paran exactamente en el lugar que quieres. Además de esto, paran a echar gasolina a mitad de trayecto, y si les dices algo...entonces te llaman "imperialista esclavizadora". Pero eso no es todo; si logras cabrear a un taxista o no estás de acuerdo con el precio que él pone, puede ocurrir que te tire del taxi, a mitad de trayecto. El pedicab es una buena opción si tienes tamaño pinoy...para una chica de 1,76 es una tortura arrugarte en posición fetal para ir dando botes por la carretera, clavandote las barras del techo en la cabeza; si no es demasiado arriesgado, me siento en la moto con el conductor. No, no como todos os imagináis...Hay que sentarse de lado, con las piernas colgando y rezando para que no pase un coche y te las arranque. El Jeepney es mi opción favorita, obviamente por eliminación. Si bien es verdad que hay que apretujarse un poco (mucho), y que generalmente la experiencia se asemeja a meterte en una sauna,  uno se libra de preguntas incómodas, barras clavándose por todo el cuerpo y, lo más importante, no hay que negociar el precio establecido. [Sé que soy muy insistente con los precios, pero quiero dejar claro que no es una cuestión de dinero sino de falta de paciencia; negociar el precio de algo que ya tiene precio puede tener gracia las primeras 5 veces...cuando pasas de la 2,000 estás hasta las narices!].
Existen autobuses que van por la ciudad, pero sinceramente, no tengo la menor idea de cómo funciona el sistema. Les veo de un lado para otro, abriendo las puertas en marcha para que el viajero se monte de un salto. Creo que no me quedan ganas de experimentar un viaje en bus por la ciudad; ya lo hago cuando hago una escapadita de fin de semana y os aseguro que eso ya es más que suficiente.
Como veis, elegir transporte no es tan sencillo...cada medio tiene sus contras. El metro no llega a casi ningún sitio, el taxi te tima, el jeepney es "caluroso", y el pedicab....el pedicab es algo así como meterte en una caja de latón y que te tiren cuesta abajo.
Por supuesto, como buenos asiáticos que son, los filipinos "comparten" el transporte. Un Jeepney no está verdaderamente lleno hasta que hay alguien viajando de pie, por fuera, agarrado a las barras laterales o del techo. Un pedicab puede llevar a 3 personas en el sidecar, 4 en la propia moto, y dos en el techo (por supuesto estas motos son de 125cc).
Aparte de lo molesto que es tener que utilizar medios de transporte (yo sigo rezando para que se descubra una forma de teletransporte), el problema del tráfico va más allá: es el principal causante de la polución. Y este si es el mayor problema de Metro Manila, sin duda alguna. Al principio pensaba que eran exageraciones mías, que sólo yo consideraba la polución como algo tan grave. A estas alturas, ya he descubierto que no: los filipinos consideran que el primer problema de su pais es el crimen, el segundo la polución y el tercero el tráfico. Este "top 3" es alucinante, teniendo en cuenta que existe tráfico humano, censura en los medios de comunicación, falta de higiene en numerosas zonas, y un nivel de corrupción exagerado, sobre todo en el cuerpo de policía y en el gobierno.
En una ciudad de más de 11 millones de habitantes y 2,2 millones de vehículos motorizados, la velocidad media del tráfico es de 7km/h (la más lenta de toda Asia, que ya es decir). Entre metro (MRT) y tranvía (LRT) no se cubren más que 30km de todo Metro Manila, un 4,6% del área total de la ciudad. ¿El resto? un desfile de vehículos viejos y en pésimas condiciones que obligan a la gente a andar por la calle con mascarillas. No conozco los datos exactos, ni si existen, pero me atrevo a afirmar que 9 de cada 10 coches no pasarían una inspección de emision de gases ni sobornando!!
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS, el aire de Metro Manila es el cuarto más contaminado en todo el mundo, con un nivel de polución 3 veces mayor al permitido. Las principales causas son los residuos industriales y los gases de los automóviles. Este tipo de polución, conocida como "smog" (smoke+fog), es una niebla de humo formada a base de monóxido de carbono, dióxido de azufre y dióxido de nitrógeno, entre otros. En Manila existe smog sulfuroso (lluvia ácida), aunque es sobre todo fotoquímico: óxido de nitrógeno, hidrocarburos y oxígeno mezclados con la energía de los rayos ultravioletas, reduciendo la visibilidad y dañando seriamente el aparato respiratorio y, por supuesto, la naturaleza. Afecta a un 98% de la población, causando más de 4,000 muertes al año. Varios ríos de todo el país ya se han clasificado como biológicamente muertos. El primero de ellos es el Pasig, en Metro Manila, que acoge 150 toneladas de vertidos domésticos y otras 75 de vertidos industriales...A DiARiO. (Lo peor de todo, es que aun queda porquería suficiente para embadurnar las calles de la capital...).
En 1999, el nivel de polución de Manila llegaba a 102 microgramos por metro cúbico de partículas suspensas; en 2009 la cifra se habia triplicado. Este nivel de contaminación produce unas pérdidas económicas de 1,5 billones de dólares al año (más 1,3 billones por la contaminación del agua). Algunos sectores se ven especialmente afectados: el aeropuerto internacional Ninoy Aquino, por ejemplo, tuvo que cancelar hasta 30 vuelos domésticos en tan sólo 2 meses, por falta de visibilidad.
Presionado por numerosas organizaciones, el gobierno Filipino se ha visto obligado a tomar serias medidas para frenar el ritmo vertiginoso de la contaminacion en Manila (y otras zonas del país). En mi opinión, necesitarán algo más que un gobierno corrupto, intentando mostrar una imagen "decente", para frenar esta absurda autodestrucción. Como en todo, las prioridades políticas rara vez coinciden con las prioridades sociales o medioambientales; el gobierno inició hace unos años un plan para frenar el vertido de residuos industriales. Los filipinos quedaron contentos porque parece ser que no conocen la diferencia entre frenar y ralentizar. A pesar de estos "esfuerzos", la OMS sigue advirtiendo al país que debe tomar medidas drásticas y reducir el número de vehículos circulando por la ciudad.

Por la parte que me toca, de tres meses llevo dos y medio enferma. Sigo pensando que el crimen no es, ni de lejos, la parte peligrosa. Los expatriados sufren un proceso de adaptación largo y pesado: primero hay que adaptarse al clima, y después a la contaminación. El 89% de los extranjeros residentes en Metro Manila, sufren problemas respiratorios de forma constante durante los primeros meses (entendiendo primeros como 16-18). Supongo que el que nace aquí desarrolla sus defensas para la "vida entre la mierda"; yo no tengo de eso. Yo vengo de un clima mediterráneo continental, "9 meses de invierno, 3 de infierno", dónde el 51% de los habitantes van a pie (y aun así se toman medidas para reducir el tráfico). He crecido oliendo el musgo en los escasos días de lluvia, respirando aire limpio sin que una humedad aplastante acribillase mi cabeza. Algunos me dicen que envidian mi suerte por estar aquí; otros, que me admiran por el valor que le echo. Yo creo que, de ser "suerte", es la suerte que tengo que aún no me han atracado, y de haber "valor" en algo de lo que lo que hago, es el de salir de mi casa sabiendo la cantidad de porquería que me trago por el camino.
 
 
___________________________________________________________


Once I arrived in Manila, I was dying to get on a jeepney; I thought it had to be "funny and fun". It didn't take a long time 'till I realized that there is nothing fun on it. For an European girl, the amount of time spent on trips in this country is something as inconceivable as uncomfortable. Therefore, one must make real calculations when choosing which transport to use, and is not an easy task... the choice is varied but not very appealing, and each trip offers new "cons" to think about. In Manila you can get around by taxi, jeepney, or pedicab (a shabby version of motorcycle with sidecar). The cab seems to be the best option, but if you're white, you'd probably is to be  cheated for a few pesos, plus to have an annoying trip full of awkward questions. I've already invented several lives: in some of them I am married and my husband has stayed in the hotel; in some others he is in Spain taking care of our 8 children ... usually none of these lives are similar to the real one (it seems taxi drivers are happier when I have a husband and children). The worst thing of taking a cab is that they take you the way they want, even if you tell them which detailed way to take, and they rarely stop exactly where you want. In addition, they often stop on a petrol station without even asking you, and if you dare to say anything...the they call you an "enslaving imperialist". But that's not all; if you manage to piss off a taxi driver or you won't agree with the price he sets, you may find yourself thrown out of the car, in the middle of nowhere. The pedicab is a good option if you have "pinoy size"... for a 1.76m-tall-girl, it's a torture to crease in a fetal position to go bouncing down the road, hitting one's head with the roof. If it's not too risky, i sit on the motorbike itself, with the driver. No, not the way you imagine...I have to sit sideways, praying that a passing-by-car doesn't take my legs with him! The Jeepney is my favorite transport, obviously by elimination. While it is true that we have to squeeze a bit (a lot), and generally the experience is like getting into a sauna, one avoids the awkward questions, bruises for an "excess size", and most importantly, one doesn't have to negotiate the established price.[I know I am very insistent with the prices, but I want to make clear that it isn't a question of money but a lack of patience: negotiating the price of something can be fun the first 5 times...after 2.000 you're fed up!].
There are buses going around the town, but honestly, I have no idea how the system works. I've seen them from one place to another, opening up the doors without stopping, allowing passengers to, literally, jump on them. I think I have no desire to experience a bus trip around Metro Manila; I already take a bus when I make a weekend-journey and I assure you that's already more than enough.
As you see, to choose transport is not so simple ... each one has its cons. The subway doesn't reach that many places, the cab will swindle, the jeepney is "hot" and the pedicab... The pedicab is like getting inside a tin box and be pulled downhill.
Of course, as the good Asians the Filipinos are, they "share" the transport. A Jeepney is not really full until there is someone traveling standing up, outside the van, clinging to the side rails or the roof. A pedicab can carry three people in the sidecar, 4 on the bike itself and two on the roof (of course these are 125cc. bikes).
Apart from how annoying it is to have to use these transport (I'm praying for science to find a way I can teleport), the problem of traffic goes further, becoming the main cause of pollution. And that if the biggest problem in Metro Manila, no doubt about it. At first I thought that was an exaggeration of mine, thinking of pollution as something so serious. At this point, I discovered that it's not me: the Filipinos believe that the first problem of their country is crime, the second is pollution, and the third one it the traffic. This "top 3" is amazing, considering that there is human traffic, censorship in the media, lack of hygiene in many areas, and an exaggerated level of corruption, especially in the police force and the government.
In a city of more than 11 million people and 2.2 million vehicles, the average traffic speed is 7 km/h (the slowest of all Asia). Both metro (MRT) and tram (LRT) don't even cover 30km from all Metro Manila, 4.6% of the total area. The rest? a parade of old vehicles in poor conditions that force people to walk down the street with masks. I do not know the exact numbers, or if there are some, but I dare saying that 9 out of 10 cars would not pass a gas-emissions inspection!
According to the World Health Organization (WHO), the air in Metro Manila is the fourth most polluted in the world, with pollution levels three times higher than allowed. The main causes are industrial waste and gases from cars. This type of pollution, known as smog (smoke + fog) is a cloud of smoke formed on the basis of carbon monoxide, sulfur dioxide and nitrogen dioxide, among others. In Manila there is sulfur smog sulfur (acid rain), but is primarily photochemical: nitrogen oxide, hydrocarbons and oxygen mixed with the energy of ultraviolet rays, reducing visibility and severely damaging the respiratory tract and, of course, nature. It affects 98% of the population, causing more than 4,000 deaths a year. Several rivers across the country have been classified as biologically dead. The first one is the Pasig, in Metro Manila, which "hosts" 150 tons of domestic waste plus 75 tons of industrial wastes... DAILY! (And there is still enough dirt to smear the streets of the city).
In 1999, the level of pollution in Manila came to 102 micrograms per cubic meter of suspended particles; in 2009 the number had trebled. This level of pollution produced economic losses of 1.5 billion dollars per year (plus 1.3 billion for water pollution). Some sectors are particularly affected: the Ninoy Aquino International Airport, for example, had to cancel 30 domestic flights in just two months, due to poor visibility.
Pressed by many organizations, the Philippine government has been forced to take serious measures to slow down the vertiginous pace of pollution in Manila (and other places of the country). In my opinion, they will need more than a corrupt government trying to have a "decent" image to stop this senseless self-destruction. As usual, policy priorities rarely coincide with social or environmental ones; the government initiated some years ago a plan to stop the dumping of industrial waste. The Filipinos were happy because it seems they don't see the difference between stop and slow down. Despite these "efforts", the WHO is warning the country to take drastic measures and reduce the number of vehicles on the city.

As far as I'm concerned, I've spent 2,5 months (out of 3) being sick. I still think that crime is not the dangerous part of being here. Expats suffer a very long and annoying adaptation process: first one has to adapt to the climate, then to the pollution. 89% of foreign residents in Metro Manila, have breathing problems constantly during the first few months (meaning 16-18). I guess someone born here develops good defenses to "live on shit". I don't have such a thing. I come from a continental Mediterranean climate, "9 months of winter, 3 of hell", where 51% of the population go everywhere walking (and still, they are trying to reduce the traffic). I grew up smelling the moss in the few rainy days, breathing clean air without having my head bombarded by the crushing humidity. Some people tell me they envy my good luck for being here; some others, that they admire me for the courage I take. I believe that, if there's "luck", I'm just lucky I haven't been stolen yet; and if there's "courage" in anything I do, is the courage to leave my place daily, knowing a big amount of crap awaits me on my way to the office.

viernes, 27 de agosto de 2010

Nacionalismo / Nationalism

 
[A mis amigos filipinos: mis palabras no son mas que una opinion, una expresion de mi forma de ver las cosas, por lo que espero que nadie se sienta ofendido]

Nacionalismo, patriotismo, lealtad?...chauvinismo, fanatismo, xenofobia...?
Conceptos acompanados de severas connotaciones, que rara vez son considerados sin su carga historica propia. Una opcion, un deber, un lastre, una cuestion cultural, una forma de sentimiento de grupo...
Cuando viajo, esta es una de las cosas en las que mas me fijo. Yo no me complico la vida, y concibo el nacionalismo como una forma de amor (por una cultura, por una tradicion, por una sociedad...), y por tanto, un regalo para quien lo posee.
Cuando llegue a Manila, lo ultimo que esperaba encontrarme (no me pregunteis porque) era con un concepto de nacionalismo. Supongo que peque de ignorante y esperaba encontrar cierta esencia espanola...al fin y al cabo, Filipinas fue nuestra colonia durante 300 anos. Sin embargo, nada queda de aquella epoca, excepto algunas palabras adaptadas al idioma y unos cuantos nombres propios. Entonces crei adivinar que la influencia principal de esta cultura era la norteamericana...pero volvi a fallar.
Filipinas no tiene esencia americana, ni europea, ni asiatica...tiene esencia filipina. Esto, que suena muy bonito, no lo digo desde un sentimiento de admiracion...sino desde la confusion. No consigo encontrar nada “puro”, todo me parece una mezcla caotica de mil cosas que no terminan de encajar. El concepto filipino se me aparece como sinonimo de popurri.

He intentado buscar esa pureza filipina, esa razon de ser del nacionalismo del pais, ese sentimiento pinoy del que muchos se enorgullecen...Y no lo he encontrado.
Para empezar, el concepto de nacionalismo no tiene mucho sentido en Asia, es una cosa mas bien Occidental. De hecho, la primera revolucion nacionalista del continente fue la Filipina. Para entonces, la cultura del pais ya habia pasado de “cultura” a “popurri”.
En los origenes del nacionalismo filipino, los escritos de Jose Rizal y su Liga Filipina afirman que, sin la ocupacion espanola, los filipinos nunca habrian contemplado el nacionalismo como forma de poder, ni conocerian los conceptos de libertar o independencia. Es, en parte, una manera de decir que si hoy en dia existe un sentimiento nacionalista en Filipinas, es gracias a Espana. [No voy a entrar en el eterno debate de hasta que punto eso es “modificar” una cultura, y no “destrozarla”].
Los filipinos nacionalistas de hoy en dia estan muy lejos de la idea inicial de nacionalismo del pais (como suele ocurrir con todos los nacionalismos). Pero en este caso, creo que en vez de evolucionar hacia algo mas logico y mejor pensado, el actual nacionalismo filipino ha perdido su “norte”. Al parecer, el buen pinoy nacionalista debe hablar tagalo, estar orgulloso de su piel oscura, no abandonar el pais para trabajar en otros lugares...y la realidad es que el pais entero esta obsesionado con la piel blanca, el tagalo no es otra cosa que una mezcla de idiomas y la esperanza de una familia filipina es mandar a los hijos al extranjero para que envien dinero a casa. Algunos grupos nacionalistas defienden la identidad pura filipina con el concepto de “indigena”; el problema es que hace siglos que no queda suficiente “material indigena” como para construir una cultura con el.
Otra forma de pinoy nacionalista es el que defiende su cultura como “una cultura basada en la asimilacion de culturas extranjeras, extrayendo lo que tienen de extranjeras para hacerlas nuestras propias”. Nunca he sido muy buena en matematicas pero si a lo “extranjero” le restas lo “extranjero” y a ese resultado lo conviertes en tu cultura, tendras una cultura de “nada”.

El nacionalismo pinoy me parece un empacho de coca-cola, manteca de cacahuete y banderita en el porche. Un empacho que no deja recordar las verdaderas raices del movimiento, ni a figuras como Jose Rizal.
Menos “American Idol” y “Miss Universe” y mas literatura.

Jose Rizal formo las bases del nacionalismo desde la reivindicacion pacifica. Sin embargo, fue condenado a muerte por “revolucionario”
“Mi Ultimo Adios” fue escrito en la vispera de su muerte.

Adios, Patria adorada, region del sol querida,
Perla del Mar de Oriente, nuestro perdido Eden!
A darte voy alegre la triste mustia vida,
Y fuera más brillante más fresca, más florida,
Tambien por tí la diera, la diera por tu bien.
En campos de batalla, luchando con delirio
Otros te dan sus vidas sin dudas, sin pesar;
El sitio nada importa, ciprés, laurel ó lirio,
Cadalso ó campo abierto, combate ó cruel martirio,
Lo mismo es si lo piden la patria y el hogar.
Yo muero cuando veo que el cielo se colora
Y al fin anuncia el día trás lóbrego capuz;
Si grana necesitas para teñir tu aurora,
Vierte la sangre mía, derrámala en buen hora
Y dórela un reflejo de su naciente luz.
Mis sueños cuando apenas muchacho adolescente,
Mis sueños cuando joven ya lleno de vigor,
Fueron el verte un día, joya del mar de oriente
Secos los negros ojos, alta la tersa frente,
Sin ceño, sin arrugas, sin manchas de rubor.
Ensueño de mi vida, mi ardiente vivo anhelo,
Salud te grita el alma que pronto va á partir!
Salud! ah que es hermoso caer por darte vuelo,
Morir por darte vida, morir bajo tu cielo,
Y en tu encantada tierra la eternidad dormir.
Si sobre mi sepulcro vieres brotar un dia
Entre la espesa yerba sencilla, humilde flor,
Acércala a tus labios y besa al alma mía,
Y sienta yo en mi frente bajo la tumba fría
De tu ternura el soplo, de tu hálito el calor.
Deja á la luna verme con luz tranquila y suave;
Deja que el alba envíe su resplandor fugaz,
Deja gemir al viento con su murmullo grave,
Y si desciende y posa sobre mi cruz un ave
Deja que el ave entone su cantico de paz.
Deja que el sol ardiendo las lluvias evapore
Y al cielo tornen puras con mi clamor en pos,
Deja que un sér amigo mi fin temprano llore
Y en las serenas tardes cuando por mi alguien ore
Ora tambien, Oh Patria, por mi descanso á Dios!
Ora por todos cuantos murieron sin ventura,
Por cuantos padecieron tormentos sin igual,
Por nuestras pobres madres que gimen su amargura;
Por huérfanos y viudas, por presos en tortura
Y ora por tí que veas tu redencion final.
Y cuando en noche oscura se envuelva el cementerio
Y solos sólo muertos queden velando allí,
No turbes su reposo, no turbes el misterio
Tal vez acordes oigas de citara ó salterio,
Soy yo, querida Patria, yo que te canto á ti.
Y cuando ya mi tumba de todos olvidada
No tenga cruz ni piedra que marquen su lugar,
Deja que la are el hombre, la esparza con la azada,
Y mis cenizas antes que vuelvan á la nada,
El polvo de tu alfombra que vayan á formar.
Entonces nada importa me pongas en olvido,
Tu atmósfera, tu espacio, tus valles cruzaré,
Vibrante y limpia nota seré para tu oido,
Aroma, luz, colores, rumor, canto, gemido
Constante repitiendo la esencia de mi fé.
Mi Patria idolatrada, dolor de mis dolores,
Querida Filipinas, oye el postrer adios.
Ahi te dejo todo, mis padres, mis amores.
Voy donde no hay esclavos, verdugos ni opresores,
Donde la fé no mata, donde el que reyna es Dios.
Adios, padres y hermanos, trozos del alma mía,
Amigos de la infancia en el perdido hogar,
Dad gracias que descanso del fatigoso día;
Adios, dulce extrangera, mi amiga, mi alegria,
Adios, queridos séres morir es descansar.
 
___________________________________________________________

 
[To myFilipino friends: my words are nothing but my opinion, an expression of how I see things, so I hope nobody is offended by them.]

Nationalism, patriotism, loyalty? ... Chauvinism, bigotry, xenophobia ...?
All concepts accompanied by severe connotations, which are rarely seen without its own historical background. An option, a duty, a burden, a cultural matter, a group feeling...
When I travel, this is one of the things I observe the most. I keep it simple, and conceive nationalism as a way of love (to culture, tradition, society...), and therefore, a present for the one who owns it.
When
I arrived in Manila, the last thing I expected to find was a concept of nationalism (do not ask me why). I guess I was a little naive and I was hopping to find some Spanish essence... After all, the Philippines was our colony for 300 years. However, nothing remains of that time, except for some words adapted to their language and a few names. So guess I thought that the main influence of this culture was by the U.S.A... but I failed again.
Philippines has no American or European or Asian essence... is essentially Filipino. This, which sounds very nice, I dont say it from a feeling of admiration... but of confusion. I can't find anything "pure", it all seems a chaotic mixture of many things that never seem to fit. The Filipino concept seems to me a synonymous for potpourri.

I tried to find the F
ilipino purity, the reason for its nationalims, that feeling for which many pinoy feel proud of themselves ... And I have not found it.
First of all, the concept of nationalism doesn't make a lot of sense in Asia, is something rather Western. In fact, the first nationalist revolution was the Philippine one. By then, the culture of the country had already gone from "culture" to "potpourri."
In the origins of Philippine nationalism, the writings of Jose Rizal and his "Liga Filipina" show that, without the Spanish occupation, the Filipinos would have never referred to nationalism as a way of power, nor would know the concepts of freedom or independence. It's partly a way of saying that if there is a sense of nationalism in the Philippines today, that's thanks to Spain. [Don't go into the eternal debate of till what point this ist to "modify" a culture, not to "destroy it".]
Filipino nationalists today are far from the initial idea of nationalism in the country (as is usual with all nationalisms in the History). But in this case, I think that instead of evolving into something more logical and better thought out, the current Philippine nationalism has lost its bearings. Apparently, a good pinoy nationalist should speak Tagalog, be proud of his dark skin, not leave the country to work elsewhere ... and the truth is that the whole country is obsessed with white skin, Tagalog is nothing but a mixture of languages and the hope of a Filipino family is to send their children abroad to have them sending money back home. Some nationalist groups relate the pure Filipino identity with the concept of "indigenous", the problem is that its been ages since there's not enough "indigenous material" to build up a culture anymore.
Another type of pinoy nationalist is the one defending his culture as "a culture based on the assimilation of foreign cultures, extracting what they have of "foreign" and making then their own one." I've never been very good at maths but if from "foreign" one subtracts "foreign" and the result becomes your culture, you'll have a culture of "nothing."

Pinoy nationalism seems a surfeit of coca-cola, peanut butter and the flag hanging on the porch. A surfeit that doesn't let people remember the real roots of the movement, or figures like Jose Rizal. 
Less "American Idol" or "Miss Universe", and more literature.

Jose Rizal formed the basis of nationalism in the peaceful demands. However, he was sentenced to death for being conceived as a "revolutionary" by the Spanish.
"Mi Ultimo Adios" was written on the eve of his execution.

My Final Farewell
Farewell, dear Fatherland, clime of the sun caress'd
Pearl of the Orient seas, our Eden lost!,
Gladly now I go to give thee this faded life's best,
And were it brighter, fresher, or more blest
Still would I give it thee, nor count the cost.
On the field of battle, 'mid the frenzy of fight,
Others have given their lives, without doubt or heed;
The place matters not-cypress or laurel or lily white,
Scaffold or open plain, combat or martyrdom's plight,
T is ever the same, to serve our home and country's need.
I die just when I see the dawn break,
Through the gloom of night, to herald the day;
And if color is lacking my blood thou shalt take,
Pour'd out at need for thy dear sake
To dye with its crimson the waking ray.
My dreams, when life first opened to me,
My dreams, when the hopes of youth beat high,
Were to see thy lov'd face, O gem of the Orient sea
From gloom and grief, from care and sorrow free;
No blush on thy brow, no tear in thine eye.
Dream of my life, my living and burning desire,
All hail ! cries the soul that is now to take flight;
All hail ! And sweet it is for thee to expire ;
To die for thy sake, that thou mayst aspire;
And sleep in thy bosom eternity's long night.
If over my grave some day thou seest grow,
In the grassy sod, a humble flower,
Draw it to thy lips and kiss my soul so,
While I may feel on my brow in the cold tomb below
The touch of thy tenderness, thy breath's warm power.
Let the moon beam over me soft and serene,
Let the dawn shed over me its radiant flashes,
Let the wind with sad lament over me keen ;
And if on my cross a bird should be seen,
Let it trill there its hymn of peace to my ashes.
Let the sun draw the vapors up to the sky,
And heavenward in purity bear my tardy protest
Let some kind soul o 'er my untimely fate sigh,
And in the still evening a prayer be lifted on high
From thee, 0 my country, that in God I may rest.
Pray for all those that hapless have died,
For all who have suffered the unmeasur'd pain;
For our mothers that bitterly their woes have cried,
For widows and orphans, for captives by torture tried
And then for thyself that redemption thou mayst gain.
And when the dark night wraps the graveyard around
With only the dead in their vigil to see
Break not my repose or the mystery profound
And perchance thou mayst hear a sad hymn resound
'T is I, O my country, raising a song unto thee.
And even my grave is remembered no more
Unmark'd by never a cross nor a stone
Let the plow sweep through it, the spade turn it o'er
That my ashes may carpet earthly floor,
Before into nothingness at last they are blown.
Then will oblivion bring to me no care
As over thy vales and plains I sweep;
Throbbing and cleansed in thy space and air
With color and light, with song and lament I fare,
Ever repeating the faith that I keep.
My Fatherland ador'd, that sadness to my sorrow lends
Beloved Filipinas, hear now my last good-by!
I give thee all: parents and kindred and friends
For I go where no slave before the oppressor bends,
Where faith can never kill, and God reigns e'er on high!
Farewell to you all, from my soul torn away,
Friends of my childhood in the home dispossessed !
Give thanks that I rest from the wearisome day !
Farewell to thee, too, sweet friend that lightened my way;
Beloved creatures all, farewell! In death there is rest!